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Tradiciones Mexicanas

Oda a la muerte


Desde quema de dinero hasta una verdadera parodia con bailes, caricaturas y comidas. Se puede encontrar casi de todo para celebrar la muerte. En México y otros países latinoamericanos, Nepal y China, existen fiestas tradicionales llenas de colores para recordar a quienes ya están bajo tierra.

Los espíritus se encarnaban en los vivos y los sacerdotes paganos veneraban a Samhain, el dios de la muerte. Así despedían los celtas el último día del verano hace más de 2.500 años. El mundo anglosajón tomó la fiesta, que en nuestro calendario es el 31 de octubre, y adoptó la costumbre de hacer una travesura al no conseguir comida y de decorar las casas con objetos tétricos.
 
Era el día de “All Hallow's Eve”, es decir, la víspera del Día de Todos los Santos. Más tarde, el nombre derivó en lo que hoy conocemos como Halloween, ese día en que “Dulce o travesura” es la frase que congrega a niños –y no tan niños–, y que los anima a salir a las calles para pedir dulces. Es el día en que el naranja y negro visten las calles, y las capas, colmillos, máscaras y pelucas disfrazan a quienes se sienten monstruos y fantasmas por un día.
 
Pero hay lugares en que las tradiciones propias son las que le dan la identidad a la noche de brujas y al 1 de noviembre. MSN dio una vuelta al mapa para revisar cómo se celebra a los muertos around the world.
 

La muerte con risas

 
La pena por la falta de un ser querido se deja atrás en México, y el Día de Muertos se toma como una verdadera fiesta. Calaveras y esqueletos de miles de colores invaden las calles y los mexicanos se ponen más poéticos que nunca, y a cualquiera le pueden dedicar una rima que se burla de la muerte. “Al vivo todo le falta y al muerto todo le sobra”, dicen algunas; “Yerba mala nunca muere y si muere no hace falta”, rezan otras.
 
La génesis de esta celebración, que ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad, se encuentra en los pueblos Olmeca y Maya. “Ellos pensaban que el espíritu de los muertos era inmortal y que existía un lugar donde se iban estas almas”, explica la mexicana Mónica Uriarte. Con la llegada de los españoles, el 2 de noviembre se transformó en la fecha oficial del Día de Muertos, pero las celebraciones comienzan un día antes.

Las familias van a las tumbas de sus seres queridos a decorarlas con una flor típica llamada cempaxóchitl, y que sólo se da en dicha época del año. Mientras, en las casas se preparan altares con la foto de los deudos y se les deja su comida y artefactos favoritos. También, los niños en los colegios preparan sagrarios que llenan de imágenes, mensajes y rimas cómicas que representan los epitafios. Por último, se les dejan calaveras que pueden ser de azúcar o chocolate.
 
“Es una tradición que la verdad hace un poco burla de la muerte. No se ve a los difuntos como algo morboso, así que los niños se acercan a la muerte de una manera diferente, no como algo triste”, cuenta Mónica, que vive en Ciudad de México.
 
En otros países de Latinoamérica, también se celebra el Día de Muertos desde que los pueblos prehispánicos poblaron el territorio. Para ellos, la muerte significaba renacer en otra vida, además de una oportunidad de iniciar un nuevo ciclo.
 
En Ecuador,la víspera del día de muertos, la familia se reúne en una cena. El menú se basa en guaguas de pan –panes con forma de niños– y cola morada –un brebaje hecho a partir de la mezcla de harina de maíz negro, moras, especias y azúcar. En las zonas más rurales, los parientes llegan hasta la tumba de su ser querido para contarle las cosas que hayan pasado y alimentarlo: le llevan la cena, papas, habas e incluso armas. Para que el difunto “ingiera” la comida, se les hace un hoyo en el suelo calculando dónde estará su boca y le depositan la merienda.
 
La cultura nicaragüense tiene muy presente el invocar a los antepasados. Para esto, el viernes y domingo previo a la celebración, hay personajes llamados Ttorovenados que salen a las calles en un desfile de brujas y fantasmas, representados de manera satírica. Caída la noche del Día de Muertos, las familias pasan la noche en los cementerios para acompañar a sus deudos y esperar las celebraciones eucarísticas del día siguiente.

Vacas locas desde las tumbas

 
Vacas de carne y hueso, otras hechas de caña de bambú, carruajes con una estatuilla del animal o niños disfrazados: sea como sea, las vacas se toman las ciudades de Nepal en el mes de Bhadra. En veran, un día después de la luna llena de agosto o septiembre, es el escenario para el Gai Jatra, la celebración hindú de los muertos en el país asiático. Según las creencia religiosas las vacas son las guías de los espíritus que dejan el mundo terrenal. Por eso, las familias que han perdido a un familiar durante el último año se vuelcan a las calles para recordarlos.
 
Gente de todas las edades –mujeres, jóvenes, viejos y niños– acompañan al ganado fiestero con disfraces llenos de colores y maquillaje. Los deudos ofrecen frutas, pan, arroz y dinero a los participantes de la procesión, mientras tocan flautas, gaitas, tambores y chocan palos de madera al ritmo del peregrinaje.
La costumbre, tal como se conoce hoy, data del siglo XVII. Luego de la muerte de su hijo, la reina del lugar no podía consolarse con nada, ni siquiera con la orden del rey que obligaba a todos los que hubieran perdido a un ser querido a sacar sus vacas a la calle. Pero con tal de que su esposa volviera a sonreír, el monarca permitió que se hiciera un festival que satirizara la vida de la clase dirigente. Logró su objetivo y desde ese año, el Gai Jatra –que era el día del temido dios de la muerte, Yamaraja–, se transformó en un verdadero carnaval.
 
Tan importante es la fiesta que Bhaktapur, una ciudad cuyo nombre significa “ciudad de devoción”, la fiesta se prolonga durante una semana. Gente de todo el Valle de Katmandú se traslada al lugar para participar de la celebración.

China y la muerte virtual

 
Dinero, autos, barcos y hasta laptops. Todo eso se quema sobre las tumbas el día de Quing Ming Jie. Es una tradición China que se celebra cada comienzo de la primavera, hace 2.500 años. Pero no te alarmes, porque la plata que se incendia es falsa y los objetos de papel.
 
Cada 4 o 5 de abril, las compañías de bomberos chinas tienen que estar alerta. Con la llegada de la primavera, miles de familias van a los cementerios a hacer el ritual. También les llevan comida, bebida y utensilios a sus deudos, para que puedan hacer un buen uso de ellos en el más allá.
 
Durante esos días se limpian y ordenan los sepulcros. De ahí, el nombre con que se conoce a esta festividad: “El día de barrer tumbas”. La celebración fue interrumpida entre 1949 y 2008, producto de la asunción del comunismo al gobierno. Sin embargo, hace dos años se restituyó.
 
Ese día no es feriado para los ciudadanos, pero el ingenio chino ya encontró la solución: quienes trabajan y no tienen tiempo de asistir a un camposanto pueden usar los servicios que la web les presta. Hay empresas que permiten adquirir flores y depositarlas en tumbas virtuales, con el nombre del ser querido. Además, se pueden dedicar poemas o canciones de homenaje

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